Mi amiga Andrea es una fan del tejido y es una artista. Ella me ha enseñado a hacer estos pasteles de punto, y pese a que soy fan del ganchillo debo admitir que el resultado es "para comerselo".
Son muy simples de hacer y resultones, ideales para un regalito o un auto regalo.
Ahora me queda la moquita en la oreja e intentaré hacer la versión ganchillera.
Estoy segura que a las chicas del taller les encantará, para acompañar nuestros tecitos vespertinos.
Ya les contaré como sigue ...
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