Crochet o ganchillo, punto o tricot, ¿la nueva meditación?

Recuerdo mi primer intento de meditación. Me senté en medio de un grupo de personas que siguiendo las instrucciones de nuestra guía debíamos cerrar los ojos y centrarnos en el ritmo de nuestra respiración y no pensar, quedarnos en blanco.



Hay pocas cosas que me resulten tan difíciles, mi cabeza se empeño en llevarme a sitios y lugares uno tras otro como saltando y poniéndome cada vez mas nerviosa. Qué si tenía que llamar a mi hermana, que se no me olvidara contestar el mail de Pedro, ¿habría mi marido confirmado la reserva para el fin de semana?, umm, creo que tengo que sacar otro metrobus, se me olvidó comprar leche, y puedo aprovecha mañana y cambiar los zapatos esos que al final no resultaron tan cómodos como parecían ...


Era incapaz de centrarme y cuanto mas lo intentaba peor parecían ir las cosas.

Me sentía tonta, acomplejada, abrí los ojos y observe a los demás a mi alrededor y me parecieron ridículos, evidentemente ese no era mi lugar y mucho menos esa no era la forma de liberarme del estrés que me estaba consumiendo.



Conclusión, la meditación de este tipo no es para mi.



 Penélope desgrana el tiempo entre sus dedos, tejiendo y destejiendo