¿Aburrida de hacer tartas? ¿No te llena tu colección de casas de muñecas victorianas? ¿El Tai Chi no te relaja lo suficiente? Pues lo tuyo es el Amigurumi, una solución que combina a la perfección el paso a paso del slowlife, con el de las miniaturas y el de las artes orientales.
Es una técnica japonesa de hacer ganchillo que consiste en tejer pequeñas figuras,con todo lujo de detalles.
Los practicantes de este arte sienten predilección por hacer animalitos adorables como conejos, gatitos o criaturas propias de una película de animación manga, aunque también es muy normal encontrar falsas magdalenas, porciones de pastel e incluso sushi.
Nuirugumi significa "animal relleno" y ami es "tejer". Si quieres investigar un poco más, "ganchillo" en japonés es kagi-bari. En Japón es una tradición milenaria.
Esta nueva forma de hacer crochet se diferencia sustancialmente del que hacen las abuelas por motivos obvios: aquí no se hacen tapetes sino figuritas y, lo más destacable, que esta técnica la practican jóvenes que se han convertido en fans del ganchillo. Para practicar el Amigurumi necesitas lana, agujas de ganchillo, fibra para el relleno y todos los accesorios que desees para decorar (botones, lacitos, ojos para la cara)